Escribir puede ser un pasatiempo como cualquier otro. Si bien es cierto, que las personas que lo practican no eligen hacerlo de forma arbitraria sino que sienten una necesidad intrínseca que les incita a ello.
Pero, ¿por qué nace esa necesidad de escribir?
Como todo en esta vida, cada caso es singular e incluso en cada persona puede variar sus motivaciones a la hora de escribir en el transcurso de su vida, incluso puede alterarse esa necesidad a lo largo del tiempo según las circunstancias vitales de cada persona.
Vamos a intentar a analizar los diferentes factores que pueden motivar a cada persona a escribir.
En primer lugar, se puede sentir esa necesidad como medio de autoconocimiento. Cuando escribimos ponemos nuestros pensamientos en orden, es más, los sacamos de su escondite, descubrimos que nos andaban rondando por la cabeza.
Muy unido a esto, otra motivación sería usar la escritura como catalizador de emociones y evasión de las mismas ¿no os ha pasado que escribís sobre algo que os preocupa y angustia y cuando termináis de plasmarlo sobre el papel pareciera como si pesase menos dicha angustia o preocupación? Pues sí, escribir libera.
En algunas ocasiones o en muchas, escribir funciona como único medio de expresión, algunas personas no sabrían expresar de cualquier otra manera sus inquietudes, emociones, pensamientos…pero esto pasa con cualquier disciplina artística.
Hay quien escribe porque tiene algo que decir, algo que enseñar, un mensaje que comunicar. Entonces la escritura se convierte en el canal para llegar a su público. La escritura puede ser una herramienta para ayudar a otras personas, para concienciar sobre un problema o para inspirar a otros.
Pero también se escribe cuando se quiere aprender, ya que como dijimos al principio, escribir es un medio de autoconocimiento personal, pero también para escribir sobre algo que no seamos nosotros mismos hay que investigar y siempre que se investiga se aprende.
Por último, escribir puede ser una actividad terapéutica. Pues como señalamos anteriormente, escribir ayuda a explorarnos, ordenar pensamientos, exorcizar demonios…
Numerosos estudios han demostrado los beneficios que tiene la escritura como herramienta psicoterapéutica. Escribir puede permitir a las personas expresar sus pensamientos y sentimientos sin censura ni juicio. De hecho, muchos terapeutas lo practican con sus pacientes. Además, puede ayudar a desarrollar la creatividad y la imaginación, lo cual puede llevar a fortalecer la autoestima y la confianza en uno mismo.
Los que tenemos cierta edad hemos conocido muy de cerca lo que es escribir en los clásicos diarios de colorines y candados. Hoy en día muchos usan las redes para plasmar sus reflexiones y es que el que más y el que menos, con más o menos preparación y frecuencia ha sentido la necesidad de escribir en algún momento de su vida. Así que durante siglos, muchos hemos practicado y sin saberlo, lo que ahora llaman escritura terapeútica.. De un tiempo a esta parte se han puesto en boga libros sobre ello, que te guían, te dan consejos e incluso te proponen sencillos ejercicios para usar la escritura como catalizador de emociones.
Pero a través de la ficción también se expresan sentimientos, ideas y emociones y de esto saben mucho los escritores de novelas, cuentos, relatos, poesía…En otra ocasión nos centraremos en la necesidad del clásico escritor, ese que escribe los libros que leemos o al que nadie lee pero tiene guardadas sus historias en un cajón.
En definitiva, la escritura, puede ser una actividad con múltiples beneficios para quienes sienten la necesidad de plasmar sus pensamientos y emociones en el papel. Escribir puede ser una herramienta muy valiosa para el bienestar de las personas.
