Sospecho que mi vida es un juego de muñecas rusas.
Muchas vidas…
Muchas muertes…
En apariencia, todo permanece estable, a penas nada cambia a excepción de la carcasa que se agota, se agrieta, se avejenta.
Poco importa, siempre que la esperanza no escape.
¡Ay, si escapa! Tantas muertes…
¡Ay, cuando regresa, si regresa! (Tantas vidas…) qué en el pecho danzan mariposas blancas.
¿O acaso son el mero reflejo de la primavera que seduce con su baile?
Que conste, acepto morir, siempre y cuando, de nuevo la vida me espere.
Ese es mi deseo.
Beatriz.

Escritos.